Ha sido una buena semana. A pesar de los subidones de adrenalina y bajones cósmicos, la verdad es que el balance es positivo. Lo más duro ha sido despedirme de mi pisito de burguesa (gracias, Airbnb y Helmi) y lanzarme a la búsqueda y captura de un hostal decente para pasar algunas noches antes de abandonar la ciudad. Qué ganas de dejar atrás el ajetreo urbano y perderme en Langkawi, una isla al norte del país, cercana a Tailandia.

20161120-alicia-andres-kuala-lumpur-6 20161120-alicia-andres-kuala-lumpur-9 20161120-alicia-andres-kuala-lumpur-11 20161120-alicia-andres-kuala-lumpur-10

Han sido días de paseos muy agradables, perdiéndome por las callejuelas de Chinatown, descubriendo la zona de las Torres Petronas, analizando las paredes a ver si cazaba algo de arte urbano malayo, observando a turistas y locales, persiguiendo gatos y sorteando coches y motos locos. He deambulado en el Central Market, un edificio laberíntico de dos pisos, que me recibió nada más entrar con una tienda de fotografía que tenía justo el objetivo ojo de pez que estaba buscando para la Olympus OM10 que me compré hace poco. Súperyei.

20161120-alicia-andres-kuala-lumpur-41 20161120-alicia-andres-kuala-lumpur-40

Me he pasado por un par de hostales que tenía fichados, a ver qué feeling me daban en persona, para decidir mi próximo lugar a habitar y relacionarme socialmente, que ya es hora de empezar a hacer colegas. Parecía que el ganador iba a ser Reagge Mansion que, a pesar de su nombre, tiene mucha mejor pinta (eso significa básicamente que parece higiénico) que el resto de sitios que había visto. He intentado colarme para ver todo lo que podía, pero me han pillado. “I just wanted to see the place, I am going to book some nights next week”. Hay que meterse en todas partes todo lo una que pueda 😉 Al final me he decidido por Migle Hostel, una centenaria casa colonial rehabilitada como hostal con muy buen ambiente, de la que subiré fotos dentro de poco.

20161120-alicia-andres-kuala-lumpur-18 20161120-alicia-andres-kuala-lumpur-14 20161120-alicia-andres-kuala-lumpur-13

En uno de estos paseos por Chinatown, hice parada técnica para comer y trabajar en Lucy in the sky, un bar al lado de Central Market con buena pinta y varias opciones para elegir. La chica que me atendió no pudo ser más agradable conmigo y tras la comida disfruté del café en la terraza, mientras caía el diluvio diario (es más puntual que todos los españoles juntos: los días que llevo aquí ha llovido de 16 a 18 horas y, luego, como si no hubiera pasado nada). El otro camarero salió a ordenar las mesas y empezó a hablar conmigo. Me fijé en un tatuaje que se adivinaba en su brazo y le pregunté por él: Do not let your fears define your fate (no dejes que tus miedos definan tu destino). Me acordé del bajón del segundo día y sonreí.

20161120-alicia-andres-kuala-lumpur-cat3