Hoy he tenido un nudo en la garganta todo el día. Ayer se fueron mis tres guardaespaldas finlandeses 🙁 Han estado aquí durante dos semanas, coincidiendo con mis dos primeras semanas en Langkawi. Así que no ha sido difícil acostumbrarse a tenerlos cerca todo el rato. Listos, educados y muy divertidos, ha sido genial compartir este tiempo con ellos. Me han permitido unirme a sus excursiones y otras turistadas que ofrece la isla, parece que les he caído igual de bien que ellos a mí y siempre me han avisado de sus planes. Siento una inmensa gratitud.

_c030096alicia-andres-langkawi-4871

Al quedarme tanto tiempo en el mismo sitio, es inevitable que vaya despidiendo a toda la gente que pasa por Zackry’s para estancias de 2 o 3 noches. Otros viajeros ya me avisaron de que es lo más difícil de viajar sola y pasar mucho tiempo en el mismo sitio. Y realmente lo está siendo, porque no puedo evitar esperar verles en la sala común o tirados en la piscina o cenando en el indio de al lado, siempre dispuestos a jugar al ajedrez o al póker o a, simplemente, compartir el silencio. Es difícil encontrar a gente que no trate de llenar continuamente los silencios, como si mordieran o algo.

Hoy está haciendo un calor de mil demonios y tengo la tripa del revés, así que he estado prácticamente todo el rato en la habitación con el aire acondicionado y trabajando. Y buscando mantras de mindfullness en Internet para evitar las ganas de llorar. De los que he encontrado, mi favorita es “Mis acciones son felizmente desapegadas del resultado”.

No entiendo por qué tanta tristeza por ver marchar a personas que sólo conozco de unos días. Estoy más que acostrumbrada a estar y sentirme sola, y sabía a lo que me arriesgaba al iniciar este viaje. También me siento nerviosa, como si lo estuviera haciendo todo mal, como si hubiera cometido errores irreparables. Veo cómo mi mente intenta agarrarse «volver a la normalidad», en el sentido de «ahora estás de vacaciones, pero volverás a casa, a tu rutina». No es así, no tengo ningún plan, la única casa que me espera en España es la de mis padres (gracias a Dios). No sé qué estoy haciendo, no sé qué voy a hacer, no sé qué quiero hacer. Oscuridad absoluta. Desarraigo, ansiedad, tristeza, apatía.

_c030089alicia-andres-langkawi-4801

He salido a pasear con Noemí, una chica canaria que dejó su trabajo en la banca hastiada de ese modo de vida tras 7 años trabajando allí y que ahora está recorriendo sola el sudeste asiático. Me gusta su compañía, habla y anda despacio, es tranquila y parece que ha sufrido lo suyo. Mañana se va a Bali. Ella lleva ya un mes aquí, y hemos recorrido la calle del hostal mientras me enseñaba los bares con buen wifi y dónde comprar fruta y verdura.

Esto último ha sido toda una experiencia: entras a un gran almacén, sorteando los camiones, motos, cajas, bolsas, cubos de basura y otras mil cosas para acceder al interior. Hay una malaya en un gran escritorio, lleno de carpetas, papeles, una gran calculadora, balanzas de varios tamaños y otro tipo de objetos no identificados. Coges una bolsa de plástico de la pared y te adentras en un pasillo, sorteando de nuevo miles de cajas, para acceder a distintas cámaras frigoríficas. De nuevo, decenas de cajas apiladas con todo tipo de frutas y verduras. Limas, mangos, manzanas enanas y manzanas grandes, naranjas, ciruelas, pepinos, jengibre, sandías, tofu, hierbabuena… Tienes que arrimarte a cada pila para ver el interior y, si alguien de quienes trabajan allí te ve dudar en tu elección, te anima a abrir otra caja para que puedas elegir otra mercancía con mejor pinta. Qué divertido. Una pena no llevar la cámara encima, pero hoy no tengo el cuerpo para fotos.

Cuando terminas, te acercas a la mujer en el escritorio y vas pesando cada pieza en la balanza. Hace las sumas increíblemente rápido y tienes que poner a prueba tu habilidad para sacar de la bolsas tus cosas, ponerlas por tipos en la balanza y volverlas a meter para poder pesar lo siguiente. He comprado varias naranjas, 3 manzanas pequeñas, una pieza de jengibre (para infusiones), varias ciruelas, un mango. Total 12RMY (2,20€).

Vuelta al hostal y a refugiarme en mi habitación. Después de la comida salgo a pasar un rato en el porche y jugar con uno de los cuatro perros que viven aquí, y veo que entra una chica a la que he saludado varias veces, pero nunca hablado con ella. Es bajita, siempre me sonríe y su expresión es muy agradable.

– Hello, where are you from? Are you traveling alone?
– Hi! I am from Turkey, I live in London and yeah, I am traveling alone.
– I am from Spain and also traveling alone 🙂
– I try to travel 3 times per year, every year. This is my first time in Malaysia and I just love this island.
– I quited my job but maintained some clients, so I have time for myself, figurint our what the hell I wanna do with my life on this planet and traveling around. This world we live in is amazingly big. So many places to discover, so many people to meet.
– That’s amazing! I wish I could do the same. The only reason I work is so I can travel as much as I can, and of course, so I can buy food, have a place to sleep and those basic things. I am about turning 40 and I really feel time goes faster and faster, and the need of seeing the world. I do not like the way of life you are supposed to have -I mean, good job, making the most money you can, big cool house, etc.
– Yep, I totally understand that.
– Most of my friends have all those things but I do not really see my happiness there. Not my path on this planet.
– Yep, you can not imagen how much I understand you.

Seguimos hablando un buen rato, le digo el nombre de este blog y se ríe. Nos despedimos, nos veremos por aquí. Somos vecinas de cuarto, así que no será difícil. De nuevo, siento una inmensa gratitud por estar conociendo a gente con la que compartir conversaciones como esta.