No he venido a este mundo para calentar una silla. En todo caso, he venido para calentar varias sillas en varios lugares diferentes.

Parece ser que las personas solemos tener más claro qué es lo que no queremos que lo que queremos. Habrá que trabajar entonces con el método de prueba-error hasta hallar la dirección correcta. Y la vida será eso que le pasa a uno mientras tanto, como dicen.

Y en esas estamos. Dada la premisa de este diario, “no nací para calentar una silla”, el siguiente paso es abandonar “esa silla” y probar otras. Así que hace unos meses, tras años coqueteando con la idea, tomé la decisión de abandonar la zona de seguridad (véase, Madrid + trabajo fijo + círculo familiar y amistades) e irme a la aventura.

El siguiente paso fue concretar el destino. Dado que servidora se dedica profesionalmente a la comunicación online y la fotografía, y son áreas que permiten la deslocalización a la hora de trabajar, no ha sido difícil dejarse seducir por el “nomadismo digital”. Es decir, personas que pueden trabajar en cualquier lugar del globo siempre que haya una conexión a Internet decente.

Así que manos a la obra: Semanas de leer todo lo que hay por ahí sobre nómadas digitales (que es mucho, y cada vez más), valorar destinos, hablar con personas (y familias) que llevan años viviendo así, etc. Conclusión: Vamos a empezar por Kuala Lumpur, capital de Malasia, y a ver dónde me lleva el viento (y el wifi decente). Fecha de salida desde Madrid: miércoles 16 de noviembre ¡Allá vamos!